Durante años vi normal vivir mal, dormir mal, trabajar mal, al punto que creí que así era la vida, que todos tenían una vida parecida a la mía y que solo debía llegar al día siguiente.
¿Que era vivir mal?, cuando te castigan con el silencio cuando das una opinión, cuando no eres digna de tener un momento de tranquilidad, porque todo el día te dicen lo malo de tus decisión, que no cumples las expectativas del otro. Cuando maltratan a tus hijos y tienes que estar alerta el 100% del día y de la noche, porque en cualquier momento, tu pareja tendrá un ataque de ira y se desquitará con un miembro de la familia.
Dormir mal, es cuando los dolores emocionales se hacen físicos, con gastritis, reflujo, problemas de sueño, porque llegará mañana y empezará todo otra vez.
Trabajar mal, cuando a pesar de ser totalmente capacitada, te hacen dudar de tus decisiones, cuando tu trabajo siempre es criticado con saña, cuando solo les gusta el dinero que produces, demeritando todo el esfuerzo hecho.
Un día, decidí hacer algo para cambiar todo este malestar diario, cambié el giro de mi vida, tomé a mis hijos y busqué la manera de ayudarme y ayudarlos.
Tengo ya un año buscando la paz, claro que si mi vida matrimonial fué tan difícil, dejarla no lo sería peor, a la fecha, recibo una cantidad que ni siquiera se parece a la que le pagaba a Elvia, la muchacha que me ayudaba en casa, Está tratando de sacarnos de la casa con una demanda de desalojo a nuestra hija, no nos pagaron los servicios, no mantienen a mis hijos, me quitaron mis clínicas, por las que luche por años.
Pero ya no vivo mal, puedo despertar por las mañanas con ganas de vivir, tengo esperanza en el mañana, mis hijos dejaron de temer hablar, dejamos todos de estar alertas continuamente, dejamos de ser sorprendidos con gritos y maltratos diarios a nosotros y nuestras decisiones.
No importa lo que tarde, no importa lo que pague por ello, pero ya no vivo mal, ya no vivo con alguien que quiere vivir mal, ya viví mal muchos años.
