Este fin de semana tuvimos la visita de mi hijo, acompañado de sus primos, todos en sus 20 años. Tenían ganas de pasear con nosotros, así que, acompañados de mamá, disfrutamos unos días.
Mamá y yo estábamos sorprendidas de que todos, nos abrían la puerta, nos ayudaban con las cosas, nos abrían la silla para comer, lo maravilloso fue que nos abrieran la puerta para bajar del auto.
Nos invitaron a comer, así que nos fuimos haciendo a la idea de que los dejaríamos ser caballerosos, porque cuando deteníamos la camioneta, inmediatamente abríamos la puerta, a lo que ellos repelaban diciéndonos que nos dejábamos atender.
Al abrir la puerta del elevador, nos dieron la oportunidad de entrar primero, adentro estaba una señora grande cargando una gran bolsa, así que cuando los muchachos pasaron, le ofrecieron cargarle la bolsa, salimos del elevador y la encaminaron hasta su mesa, la señora volteó con mamá y le dijo -“Que bendición tienes con tus nietos tan caballeros, que diera porque los míos fueran así“. La abuela no cabía en el restaurante llena de orgullo, y le contesta, “Así son todos mis nietos“
¿En que momento perdimos a los caballeros?¿Porque dejamos de ser corteses? ¿O nosotras les fuimos quitando sus buenas intenciones al no dejarnos querer?
Espero que mi pequeñito sea como su hermano, educado, caballeroso, amable...y feliz de serlo, ¡Yo me dejaré consentir!
