Desperté hoy, como siempre, a las cinco de la mañana, con una fuertísima sensación de calor, que quitarme las cobijas no lo pudo aliviar, mi insomnio se ha hecho algo frecuente, así que me vino a la mente que en un mes cumpliré 50 años, pasó el tiempo en un suspiro, como soñaba llegar al día en que mi cuerpo llegara a la madurez.
En un tiempo me atacaron los miedos, ¿Que pasará cuando mi cuerpo decida que la procreación no es mi deber. ni mi derecho? ¿Seré menos mujer? ¿No seré igualmente amada?
Y bueno, amada, amada, quizás lo fuí, por aquel hombre que solía conocer, la necesidad de su aprobación y su crítica ya no tiene validez en mí, lo que piensen los demás, pasó a ser su problema, no el mío.
Por primera vez, habiendo pasado por todas las etapas de mi vida, me siento bella, (aclaro, mi percepción), me encanta estar conmigo misma, los silencios son enriquecedores, las palabras, divertidas, he aprendido a disfrutar los momentos felices y las memorias ingratas.
Cada pliegue de mi rostro, fué un recuerdo, una vivencia, un buen momento, mis hojeras, recuerdan los desvelos por mis hijos, mi agilidad me acompaño para seguirlos, mis ojos se cansaron un poco de tanto ver la vida, pero la viví al máximo correteando junto a ellos, me puse a prueba tantas veces y mi cuerpo me sorprendió.
Creo que ahora, lejos de dejar la vida pasar de lado, usaré esa experiencia para no asustarme, veré a mis hijos ahora ser los protagonistas de sus vidas, continuaré siendo su fan, agradezco no ver tan bien, así solo disfrutaré del sillón sin ver que tan sucio está, podré pasar mas tiempo en el mismo lugar sin la premura de querer controlar todo, terminaré ese libro que he empezado tantas veces.
Me llegó la madurez tomando un buen café...