Ayer vi a una señora con la que tuve una severa diferencia de opinión hace muchos años, cuando jugábamos tenis, ella ya no juega, yo ni estoy en el mismo deportivo, pero el resentimiento se le nota en la cara, debí de haberla molestado mucho, por lo visto.
Nunca vi las cosas desde las gradas, siempre fuí protagonista activa de todo lo que mis hijos y yo incursionábamos, mis hijos ya ni juegan tenis, no vivo en la misma colonia, no frecuento las mismas personas, ¿Para que el desgaste?
Hoy me reuní con mis amigas a jugar tenis por la mañana, platicaban como las cosas no cambiaban para la gente que solíamos frecuentar, todas nosotras si cambiamos, nuestras prioridades no son las mismas, una se fué a la India, otra dejó de competir, yo cambié totalmente mi entorno...y nos reímos a pulmón abierto de todos los recuerdos de lo que vivimos e hicimos.
Ahora dejo los recuerdos en donde estaban, trato de disfrutar todo, como el regreso a casa, no quiero cambiar al mundo, escucho a las personas quejarse, ya no trato de ayudarlas mas alla de lo que quiero, no me enredo con problemas ajenos, no me engancho en cruzadas imposibles, vivo y disfruto la vida de mis hijos sin querer cambiar a nadie. Vivo y dejo vivir.
Escojo mis batallas, las que de verdad me hagan feliz, me dejen un aprendizaje, no un enojo, me hace tener mejores personas a mi alerededor.