No estoy yo para contarlo...ni tu para oírlo pero, ¡Te lo tengo que contar!
Iba manejando a casa de mi madre, la calle estaba transitable, no había mucho tráfico a esa hora de la mañana, venía escuchando mi música zen como lo hago por las mañanas después de dejar a mi pequeño en la escuela, cuando de pronto, el auto que manejaba por el carril izquierdo, frente de mi, abre la ventana y avienta una cáscara de plátano, sigue su marcha y se detiene en el semáforo, a un metro de mi auto.
Me detuve, abrí la puerta y me bajé a recoger la cáscara, caminé hacia el desvergonzado y le toqué en la ventana, el hombre volteó asustado y le dije: “Señor, se le cayó esto de su auto“, él, sin saber que hacer, solo volteaba a los lados y agregué -“Aquí se la dejo, que tenga un buen día“ y volví a mi carro.
Si quieres tener tu casa sucia, está perfecto, pero no vengas a ensuciar mi ciudad, a mi me gusta limpia.