Estaba escuchando con mi hermana, de camino a comprar un delicioso elote, a Oprah, que es una de nuestras heroínas.
Hablaba acerca de su vida, decía que un momento que cambió la perspectiva de su vida, fué la narración de una madre, que por un año, vivió junto a su hijo, una enfermedad que finalmente se lo llevó.
Una noche, mientras lo cuidaba en el hospital, ya en sus últimos días, mamá se acostó junto a su hijo, apoyando su cabeza a la suya, la respiración del joven se espaciaba cada vez mas y entre los suspiros le dijo “‘Mamá, era tan fácil!“ y murió.
Oprah dijo: “Me gustaría hablar de dos cosas muy poderosas que esto me enseñó acerca de la vida“.
Cuando vivimos, a menudo pensamos que la vida es demasiado dura o que somos demasiado débiles. Pero independientemente de las veces que nos preguntamos: “¿Porque a nosotros?“ descubrimos que no fue tan difícil, nos damos cuenta de lo fuerte que podemos llegar a ser. Y no hablamos de ser optimistas, es ser realista.
Como dijo el muchacho a su madre....“¡Mamá...era tan fácil!“
No esperemos a morir.
