Se unieron todos los pecados y malos sentimientos, decidieron que era tiempo de matar al amor, cada uno defendía su razón para acabar con él, así que decidieron ponerlo a prueba cada uno, utilizando sus mejores armas.
El egoísmo, lo puso a prueba, pero el amor antepuso al amor antes que el mismo, así que el egoísmo irritado volvió al salón, la envidia tomó su lugar, el amor solo cedió, permitió, así la envidia, enojado volvió con los demás. Le tocó el turno a la Ira, ofendió al amor, pero este, solo sonrió y le regaló una flor, la ira regresó golpeando puertas, gritaba, “¿Quién derrotará al amor?“
La avaricia, usó diferente estrategia, enfermó al amor, para que la necesidad lo hiciera querer tener más, pero él, al ver enfermo a su amor, se quitó sus ropas y la cubrió con él, llegó entonces la lujuria, probó al amor con tentaciones, intentó poner en él la semilla del deseo, pero el amor, solo veía a su amor.
Así, cada uno probó que tan fuerte era el amor, ante tanta derrota, furiosos volvieron a juntarse, no podía ser que nada destruyera ese sentimiento. Entonces apareció un personaje, vestido en negra capa, sombrero de ala ancha que cubría la cara, dijo: “Yo puedo destruír al amor“....y salió hacia él, lo envolvió en su capa, el amor se ahogaba dentro de ella, no pidió ayuda, no luchó, solo se dejó morir.
El amor quedó inerte en el piso, aquel hombre solo se enredó en su capa y se encaminó a la puerta, entonces todos los demás le preguntaron que quién era, como pudo lograrlo....todos lucharon por acabar con él y nadie lo había logrado.
El hombre volteó su cara, se quitó el sombrero y soltó su capa era...LA RUTINA...
Wow! Me encanto!!! Gracias por la lección. Gladys
ResponderEliminarBuenisimo. No me esperaba el final. Una gran verdad!
ResponderEliminarLaura
solo la rutina es capaz de destruir lo más bello...
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