Se escuchaban las detonaciones de un lado a otro, Luis se encontraba junto con su mejor amigo en Irak, juntos avanzaban en el camino, pero esa ocasión a Adán le tocó un grupo que se alejó para reconocer el territorio.
“Es una orden soldado“
Pero Luis no podía permanecer sin actuar, debía ayudar a su amigo, así que tomó su rifle y se encaminó en busca de Adán.
De repente, entre el humo, la tierra y el sonido de las balas, aparece Luis cargando un cuerpo inerte, el teniente y el resto de los compañeros, corren a alcanzarlo y ayudarlo con la persona que traía en hombres, al recostarlo en el suelo, reconocen a Adán, había perdido la vida ya, el teniente reprende a Luis; “No le dije soldado, que debía permanecer con nuestro grupo, yo sabía que a estos hombres ya los había alcanzado el enemigo, arriesgó su vida, nosotros lo necesitamos vivo“
El soldado, con la cara cubierta en lágrimas, responde que tenía que ir por su amigo, cuando llegó con él, todavía tenia vida, sus ojos se alegraron al verme y me dijo -“Sabía que vendrías por mí“
El soldado, con la cara cubierta en lágrimas, responde que tenía que ir por su amigo, cuando llegó con él, todavía tenia vida, sus ojos se alegraron al verme y me dijo -“Sabía que vendrías por mí“
La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.
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